Iglesia Cristiana Encuentro Con Cristo - Temuco

martes, 24 de marzo de 2015

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de Justicia

Cuando alguien practica un deporte necesariamente debe estar hidratado para tener alto rendimiento sin descompensar su cuerpo.

La sed es el ansia por beber líquidos, causado por el instinto básico de humanos o animales para beber.
Es un mecanismo esencial de regulación del contenido de agua en el cuerpo y uno de los primeros síntomas de deshidratación se produce por una carencia de hidratación o por un aumento de la concentración de sales minerales.

Jesús usa la figura del instinto más básico del ser humano para relatar la cuarta bienaventuranza:

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de Justicia
Porque ellos serán saciados. Mt 5: 6

A lo largo de la escritura se usa la figura de la sed y el hambre para mostrar la condición del ser humano ya sea por necesidad o por satisfacción.

Las primeras tres bienaventuranzas vienen desencadenando un concepto profundo de aquel que es bienaventurado:

Los pobres en el espíritu + el llanto por el pecado propio o el llanto por otros + el manso / humilde. A estas condiciones se le añade paradogicamente que el dichoso no es es el que esta saciado sino el que tiene esta necesidad tan básica. 

 Jesús nos está diciendo con esto que no hay ningún ser humano que no pueda ser dichoso puesto que la sed y el hambre es una realidad que trasciende los tiempos, las edades, las razas.

Si hemos tenido sed física y hambre sabemos de lo que Jesús nos está hablando.
 ¿Alguien de aquí nunca ha tenido hambre o sed? Entonces todos sabemos de lo que Jesús nos está diciendo.

La Biblia se refiere a estas necesidades para describir una búsqueda interna de una necesidad profunda que generalmente tiene que ver con la existencialidad del ser humano.

Los salmistas se declaraban con esta necesidad “como el siervo brama por las corrientes de agua así brama mi alma por ti oh Dios”

También tienen relación con la promesas espirituales “Junto a aguas de reposo me pastoreará  y saciará mi alma salmo 23”

Y por último es la exhortación que desde el AT Dios nos hace: “Todos los que tengan hambre y tengan sed vengan y compren sin dinero” Isaias 55:1-2

Asi como lo natural es tener hambre por lo menos tres veces al día, todos los días,  físicamente hablando. Naturalmente todo ser humano nace con una necesidad de llenar su corazón hablando espiritual y emocionalmente.

Nuestro estado natural es vivir hambrientos, lo que es desafortunado es que para el ser humano lo natural es saciarse en lo que no aprovecha, en lo que no es duradero. 

Isaias 55, también nos advierte que estamos gastando en comprar lo que no sacia. Estamos en un mundo de sedientos que buscan saciarse en sus propios intereses y ambiciones.

Es más que comprobado que el consumismo nos llena por un rato pero no para la vida, igual los estudios, el dinero, el trabajo.

Cuando una persona esta desnutrida tiene dos problemas:

1.      Siente hambre es decir el estómago vacío.
2.      Presenta una falta de nutrientes que le permitan al cuerpo vivir con el balance que necesita.

Una persona desnutrida puede fácilmente llenar el vacio del estómago con cualquier cosa, digamos comida chatarra.

Lo que no puede hacer fácilmente es devolverle a su cuerpo los nutrientes que necesita. Si quiere recuperarse la comida chatarra no le va a servir.

Hay una similitud en la vida cotidiana con la espiritual:

-       No podemos ser anoréxicos espirituales:  Asi como no es normal que una persona no sienta ganas de comer nunca, tampoco es normal que un creyente  no sienta nunca el deseo de orar, de leer la palabra, de congregarse entre otros.
-       No podemos tampoco padecer  de Bulimia espiritual: Es decir saciarnos y llenarnos para luego eliminarlo y no permitir que los nutrientes fortalezcan nuestra vida.
-       Tampoco podemos pretender que el evangelio venga en “cajita feliz” como Mc Donals. Que es comida chatarra, que sacia por un momento pero que no brinda ningún alimento para nuestra vida


La pregunta es ¿Qué  tipo de hambre y de sed debemos tener?

Jesús no invita a llenarnos de cualquier cosa, su invitación para cada uno de nosotros es que anhelemos en lo profundo del corazón la Justicia

La expectativa de Dios para con Israel fue exactamente la Justicia. En Isaías 5:1-
7  el señor se lamenta porque Israel no cumplió su propósito.                                                  

El labrador es Dios, la viña es Israel. Dios manifiesta que él hizo todo por este viñedo, lo cuidó, lo labró pero Israel no dio el fruto esperado, las uvas no eran dulces eran agrias porque esperaba  Justicia  y rectitud pero encontró sangre, y lamento de angustia. En otras palabras encontró injusticia y por lo tanto el Señor arrancó esta vid.

Justicia, en la biblia:  Supone la relación correcta para con Dios y los hombres.

La justicia tiene tres aspectos en la Biblia:
1.     Justicia legal:

La práctica de la Ley o los mandamientos. Se practican no porque se quiera ser justo sino porque se está buscando cumplir con la  voluntad del Señor.
La acción justa surge de la elección que en su gracia Dios hizo en cuanto  a Israel y nosotros a través del pacto.

El pacto y los mandamientos evidencian el carácter justo de Dios y por lo tanto se puede confiar en sus términos de establecer una relación. 
Así como Él pide obediencia también promete darse en beneficio de su pueblo.

Dios es el fundador  y la garantía del orden moral. Su justicia está por consiguiente sujeta a sus atributos morales como su santidad, el poder creador, salvador y redentor.

Romanos 9:31-32  

En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia. ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo»,

No podemos tener hambre de justicia sino estamos dispuestos a cumplir con los mandamientos de Dios. No como Israel que los trató de cumplir desde el legalismo de las acciones debemos cumplir desde una relación íntima con Jesús quien operó la justicia desde la misericordia y amor.
La justicia no es una acción sino que nace  al interior del corazón, con  voluntad e intensión. 

2.     La justicia moral:

Es la conducta que agrada a Dios.
Se tiene una buena conducta cristiana, para ser el modelo o ejemplo de los hombres:

Mateo 5:20 
Porque les digo a ustedes, que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los*maestros de la ley.
A nosotros nos gusta apelar a la ley, a los estatutos a nuestras leyes humanas pero la justicia moral va más allá de lo que humanamente es legal. El problema de los fariseos fue que  convirtieron la ley en un yugo, en una opresión lejos de amor y la misericordia. 
Como creyentes debemos evaluar si lo que es legal es lo moralmente correcto.

Por ejemplo en muchos países está legalizado el aborto pero moral y bíblicamente no podemos aceptarlo.

La ley puede darnos derechos que la Biblia nos quita y el que tenga  hambre de justicia renuncia a sus derechos legales si es necesario para lograr vivir conforme al evangelio.

Nuevamente recuerdo a Filemón que renunció a su derecho de amo para resignificar  la relación con su esclavo. Ya no es de amo a esclavo sino de hermano a hermano.

3.     Justicia social:

Justicia social tiene que ver con la liberación de la opresión del hombre, la promoción de los derechos civiles, la justicia en las cortes legales, la integridad de las relaciones comerciales, el honor en el hogar y los asuntos familiares.

Jesús está diciendo que los que van a ser saciados, son los que tienen esa necesidad de ser suplidos de justicia, estas palabras ya estaban declaradas en:

Salmo 107:9 
¡El  Señor apaga la sed del sediento, y sacia con lo mejor al hambriento!

La invitación es a que nos declaremos unos  habrientos y dejemos que el Señor  nos sacie. Termino con el consejo de Jesús. Mateo 6:33

“Busca primero el Reino de Dios y su Justicia y lo demás será añadido”



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