Concluimos
que Jesús está interesado en que el ser humano sea dichoso, es decir feliz y
bendecido con la certeza de que en él está completo.
La
palabra nos enseñó que todos nosotros, como seres espirituales estamos llamados
a ser pobres en el sentido de que debemos reconocer que somos incapaces de
hacer lo bueno y sólo en la dependencia de Dios podemos hacer su voluntad.
Estas
bienaventuranzas son como una piedra angular que nos ayudan a construir nuestra
vida y nos permiten alcanzar la felicidad.
A veces
la felicidad es esquiva, como la cola de un perro y buscamos y buscamos pero no
alcanzamos. La razón es porque buscamos la felicidad en el hacer o tener pero
la propuesta desde la perspectiva divina es la felicidad desde el ser.
La
palabra del Señor va en contraposición al modelo de felicidad del mundo y nos
llama a la paradoja del Reino:
-
salvación: gratis para nosotros pero costosa para Él
- El
llamado a la fragilidad para que
obtengamos su fortaleza
-
a este reino para ganar el suyo
- a la
muerte para vivir en él.
- a la
insatisfacción de los que nos rodea para satisfacernos en él.
- Y
quitar la confianza en lo que vemos para confiar en algo que no se ve.
- otro
ejemplo de las paradojas del Señor es Mateo 5:4
Leamos Mateo 5:4
Dichosos los que
lloran, porque serán consolados
Mateo 5:4
Pudiéramos
resumir el sermón de hoy solo con decir “felices los infelices”
Esta
es una extraña bendición. Tendría más sentido para nosotros si la palabra
dijera: Felices los alegres.
Pero
¿Qué nos quiere decir Jesús con felices los que lloran?
La
biblia nos presenta esta realidad tan humana y tan emocional como el llanto.
El
llanto del que hablamos se produce por una situación de dolor o tristeza y
podemos sentir tristeza por muchas razones pero quiero resaltar algunas:
1.
La tristeza del mundo /
pecado
La
misión de Satanás en el mundo es llevarnos a la infelicidad a través del
pecado.
El
mundo nos hace exigencias que en principio nos hace sentir bien y contentos
pero en el camino nos vamos dando cuenta que lo que nuestros logros no son
suficientes para sentirnos bien y por ello se produce una tristeza profunda en
nuestro ser.
No hay
nada más engañoso que el pecado. AL principio es rico, por ahi dicen que lo
prohibido es lo más buscamos. Satánas nos engaña diciedonos que si nosotros
pecamos estamos bien y que Dios no quiere que estemos bien. Eso hizo con Eva y
ellos comieron, disfrutaron unos instantes pero la otra cara de la moneda es
que sufrieron y hasta ahora estamos sufriendo por ello.
El
adulterio es cambiar unos minutos de placer por una vida destrozada. La
rebeldía.
En una
pelicula alguien dijo que la satisfacción inicial del pecado es la trampa de
satanás, es como una jaula invisible que poco a poco se va cerrando sin darnos
cuenta. Cuando esa puerta se cierra ahí nos sentimos tristes, lloramos,
sufrimos, creemos que no tenemos salida.
El
mundo llora por causa de su pecado… llora en silencio
Esta tristeza puede generar dos situaciones diferentes:
- La primera es que muchos se dejan llevar por la tristeza, la
desesperanza y el dolor y terminan refugiándose en algunas cosas que le
producen más dolor y muerte.
- Por otro lado serán bienaventurados aquellos que por causa de
la insatisfacción lleguen a la búsqueda del Señor y hacen de él su refugio. No
hay pecado que Dios no haya llevado a la cruz
2.
La tristeza que produce
Dios:
Es raro que afirmar que Dios produce tristeza, muchas veces
la gente quiere venir al culto y sentirse cómodo y contento. Pero la verdad es
que la función de Dios a través de la Palabra, en gran medida es hacernos
sentir incomodo y tristes.
No venimos a la iglesia para salir tranquilos, deberiamos
salir tristes y quebrantados.
Si nosotros pasamos toda nuestra vida cristiana sin llorar,
sin sentirnos tristes, sin sentirnos mal, debemos preguntarnos ¿será que todo
está bien? Me preocupa una vida cristiana plana. cada día y cada año igual.
- 2 Corintios 7:10, nos dice Dios nos trae tristeza y para
arrepentimiento para salvación.
El
arrepentimiento y la conversión a Cristo, nos permite mantenernos en un acto
de contrición, nos permite el llanto
(espiritual y físico), no se produce una vez en la vida cuando me convierto
sino es algo cotidiano
Uno de los ejemplos bíblicos más recordados fue el
arrepentimiento de Pedro, el cual se
produjo en medio de un llanto amargo. Pedro fue bienaventurado porque recibió
consuelo restaurador de Jesús. (Juan 21)
No así el caso de Judas cuya tristeza no le produjo
arrepentimiento sino muerte.
Debemos cerciorarnos que cuando pecamos y nos sentimos
tristes esta tristeza sea de Dios. Cuando nosotros pecamos el enemigo puede
poner culpa y eso no produce bendición,
también podemos sentir tristeza porque otros nos señalen y eso tampoco produce bendición.
Dios no nos pone culpa, eso viene de satanás.
Dios no envia a nadie a que nos culpe eso tambien viene de
satanas
Dios nos evidencia nuestro pecado en privado o en publico
para restauración.
Isaias se lamenta
porque se encuentra con Dios y ve su pecado; soy hombre de labios inmundos.
3.
La tristeza propia de
un cristiano
¿Cuál es el llanto que proviene de Dios que nos hace
bienaventurados? ¿Qué hizo llorar a Jesús y a los profetas?
Un encuentro personal con el Señor nos hace tener un corazón sensible. Los profetas
se sintieron incapaces delante de Dios para la tarea encomendada y sufrieron al
ver la realidad de Israel que permanecía en el pecado.
Jesús llora por su amigo muerto, llora por Jerusalén perdida
como Ovejas que no tienen pastor. Llora
porque a los suyos vino y los suyos le
rechazaron y él sabía que esto les
traería desgracia y destrucción.
Una de mis preocupaciones es que nosotros como creyentes
tenemos ausencia de este tipo de tristeza. Poco sentimos el dolor por este
mundo, deberíamos llorar por Chile y por las ovejas que se están perdiendo.
Los cristianos aveces proclamamos la misericordia pero la practicamos
poco!
4.
La tristeza por el
sufrimiento
Sin duda, el sufrimiento y el desierto es una realidad de la
vida del creyente. Pasamos por momentos difíciles bien sea por enfermedad, por
la muerte, por la economía, por la
familia.
En todos estos casos podemos
recordar que esta bienaventuranza viene con una promesa poderosa:
Seremos consolados
El ministerio de Jesús es el ministerio de la consolación y
la restauración y en su partida el nos dejo al Espiritu Santo, el cual es
definido como el gran consolador que llega a nuestra vida para convertir
nuestro lamento en danza y ayudarnos a travesar por aquellos momentos
difíciles:
- Al que sufre por el pecado el Señor lo consuela con el
Perdón, la justificación y la salvación.
- Al que sufre porque Dios le permite sufrir para el
arrepentimiento el Señor le perdona su pecado pero además su consuelo implica
un proceso de sanidad y santificación.
No es solo pecar, llorar, pedir perdón y volver a pecar. Dios nos
permite salir de nuestros hábitos pecaminosos
- Al que sufre por el dolor del pueblo, el Señor nos consuela
dándonos la oportunidad de poder consolar a otros y de poder llorar con el que
llora. Encontramos consolación cuando consolamos a otros
- Finalmente para quien llora por los sufrimientos de la vida,
el Señor lo consuela desde la promesa que el estará con nosotros hasta el fin
del mundo en medio de la aflicción. El nos promete alivio y llenura de su
presencia.
La invitación de hoy es que nos permitamos llorar para ser
consolados y asi mismo poder consolar a otros.
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