Cada bienaventuranza tiene
la misma estructura. La definición del dichoso: su caracteriza y una promesa.
Podemos afirmar que las
bienaventuranzas no son simplemente una expresión de alegría por un evento
especial, sino es algo que el cristiano posee y brota desde su interior. No apela al hacer, ni al saber, ni al tener
sino al ser.
Y entendemos como el Ser del Cristiano como ese
carácter que se forma a partir de la relación íntima con el Señor. Por lo tanto
el gozo proviene del andar siempre en la compañía de Jesús.
¿Alguien
recuerda las dos bienaventuranzas de las que hemos hablado?
- El pobre en espíritu porque de ellos es el Reino
- El que llora porque será consolado
Leamos
Mateo 5:5
Bienaventurado
los mansos porque ellos heredarán porque recibirán la tierra como herencia
Mateo 5:5
Hoy hablaremos del manso, del pacificador o
humilde.
Esta bienaventuranza se refiere a aquellos que hacen hincapié
en el equilibrio y justicia de aquel que no se enoja ni permite que el enojo lo
lleve a la ira y sea controlado por ella.
Entendemos como el bienaventurado todo aquel cristiano que
tiene su vida controlada por la voz de Dios y por esa razón actúa con sabio equilibrio, con justicia, equidad
y mansedumbre.
Una de las expectativas del Señor para su pueblo es que obre
con justicia, y este es un tema muy relacionado con la mansedumbre. A nosotros
generalmente nos gusta la justicia como a los niños les gusta compartir los
juguetes:
Les gusta compartir cuando están en casa de otros, pero
cuando están en la suya ya no quiere compartir tanto.
El manso es aquel que pone la justicia por delante cuando a él le corresponde obrar con
justicia
Pero pone por delante la misericordia cuando tiene que
recibir justicia. El manso no exige
justicia sin misericordia. Tenemos derecho de pedir justicia pero con
misericordia.
La mansedumbre trasciende lo legal y trasciende la justicia:
-
Por
ejemplo: Pablo le pide a Filemón que no se quede con lo legal sino que perdone
a Onésimo y no solo ha de perdonarlo sino que ha de recibirlo con un Herman y
no como un esclavo.
-
La
señora de brazil:
o
Lo justo es que el chico este en la cárcel
o
Lo
manso es que ella lo perdone y de esta manera misericordiosa ocurre que vamos
más allá de lo legal, ocurre una liberación para ella y una posible
restauración para él.
- ¿Qué tal si Dios solo se queda con lo justo y lo
legal, yo hoy mismo estaría sentado en una cárcel sin ninguna esperanza y no
estaría predicando hoy acá?
La mansedumbre no es una
característica natural a nosotros, Gálatas 5 nos dice que es un fruto del
Espíritu Santo y solo va a estar en nosotros cuando cedamos el control a
presencia de Dios.
Esta es una característica
propia de Jesús y él mismo nos dice que lo imitemos: “Carguen con mi yugo y aprendan de mí que soy manso y humilde de
corazón”
El ejemplo del yugo implica
la relación entre sujeción y
mansedumbre. Entre más sujetos al Señor más mansos.
El término manso y apacible
que menciona Jesús también es utilizado para referirse a dos animales
domésticos; el caballo y el huey la función de estos dos animales en la vida es
obedecer a su amo.
Si este concepto lo llevamos
para aplicarlo a nuestra vida podemos decir que es el cristiano sujeto a la
voluntad de Dios y la sujeción es un
acto voluntario no impuesta.
Hoy muchos cristianos
confunden la sujeción a Dios como carga impuesta, como la no libertad pero el
Señor nos invita no nos obliga.
El salmo 32:9 dice: No seas como el caballo o como el mulo, que no
tienen entendimiento; cuyos arreos incluyen brida y freno para
sujetarlos, porque si no, no se acercan a ti.
Este
caballo y este mulo son reducidos y sujetos a la fuerza pero el consejo del
Señor es que no seamos tercos que nos seamos como las mulas sino que lleguemos
al entendimiento y a la convicción del plan redentor del Señor
EL
manso es reducido no por el castigo sino por el amor y la misericordia del
Señor.
Su
carácter no es dominado por las circunstancias sino más bien el domina las
circunstancias en la presencia del Señor.
El manso al mismo tiempo no obliga a nadie a la sujeción; nos
pasamos la vida tratando de que otros se sujeten a nosotros por ejemplo los
esposas, los hijos, los miembros de la iglesia, los empleados pero morimos en
el intento.
La razón por la que fracasamos es que el autoritarismo es la
manera humana de imponer sujeción pero la mansedumbre es el modelo bíblico y
aunque suene contradictorio es el modelo exitoso.
Un esposo manso y amoroso produce en la esposa el deseo de la
sujeción.
Un padre manso y amoroso, que corrige en amor produce un
deseo de obediencia.
Y así con todas nuestras relaciones.
El manso entiende que no tiene autoridad fuera de Dios y que
es lo que es por la gracia de Dios.
No podemos ser mansos sin haber sido pobres y haber llorado
en el espíritu.
Son
mansamente humildes aquellos que le dan espacio a la bienaventuranza de la obra
del Espíritu Santo; sumisos a su voluntad y flexibles a su palabra.
Algunas
aplicaciones prácticos para la vida:
El
manso:
1. Esta
dispuesto a ser doblegado y a no doblegar a otros.
2. Es
perdonador y no rencoroso. Y perdona de corazón
3. Pone
límites. No se trata de dejarse violentar.
4. Saben
que sus tiempos están en las manos del Señor.
5. Está
tranquilo por la gracia de Dios que está obrando
Recordemos que la promesa de
este pasaje es la tierra que el Señor nos ha prometido.
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