Iglesia Cristiana Encuentro Con Cristo - Temuco

martes, 24 de marzo de 2015

Bienaventurados los misericordiosos


Hemos dicho acerca de las bienaventuranzas que están organizadas en un orden divino. Podríamos decir que es una declaración general que la afirmación “dichoso el pobre en espíritu” porque de ahí se desprenden todas las afirmaciones siguientes.
Quiero ser reiterativo y repetitivo; Si no somos pobres de espíritu, si no hay un reconocimiento en cuanto a nuestra condición no podemos ser reconocidos como  cristianos o conocedores de Dios.  La vida Cristiana parte cuando somos conscientes, que tenemos  una necesidad en nuestro corazón porque notamos la ausencia de Dios.
Cuando no tenemos la necesidad de Dios aunque creamos en Él, no vamos a llevar fruto del Espíritu Santo. Dios transforma solo las vidas de los que reconocen su necesidad de ser transformados.
Leamos Mateo 5: 7
“Bienaventurados los compasivos (misericordiosos) porque serán tratados con compasión (misericordia)”
Esta bienaventuranza apela al carácter de quien ha sido transformado bajo el señorío de Dios y su palabra. Por eso, no se está refiriendo simplemente al hacer sino al ser.
Como discípulos hemos de ser antes de poder actuar.
La vida cristiana no puede ser un ropaje que usamos los domingos, la invitación de Jesús es una vida en consecuencia a la Palabra de Dios  y  a sus principios.
Esta vida que nos propone Jesús no depende  de nosotros ni de lo buenos que podamos ser o de las buenas obras que podamos hacer. Solo depende del obrar del Espíritu Santo sobre mí.
A la luz de este texto, debemos entender el obrar del Espíritu Santo como la obra de compasión y misericordia del Señor hacia nosotros.
Esto nos debe quedar claro, Jesús no nos está pidiendo hacer misericordia o compasión, la expectativa es que seamos misericordiosos y compasivos.
Muchos creen que cumplen con el señor haciendo ciertas obras de misericordia, por ejemplo un mercado, regalar ropa, dar un ofrenda etc. Esto es importante pero no es el meollo del asunto.
Debemos preguntarnos ¿Somos o no misericordiosos?
La misericordia no es un atributo propio del ser humano, entendido como un ser natural. Si nos dejáramos llevar por nuestra naturaleza tendemos a tener compasión selectiva.
Muchas veces somos llamados en nuestra naturaleza a la lástima. La lástima es un sentimiento menos vehemente y más pasajero que compasión. Así es que de la palabra lástima no se deriva un adjetivo aplicable al que la siente, sino al objeto que la provoca.
Una persona puede ser misericordioso pero no lastimoso, no existe el SER de lastima. Por ejemplo, una persona con lastima actúa o se incomoda frente al hambre de  un niño, pero no se conmueve frente al hambre de un adulto.
El misericordioso reaccionará frente al hambre sin importar quien la padezca, ni las circunstancias, ni la cantidad de incomodidades que tenga soportar para ayudar a solucionar esta condición. 
Podríamos definir de una manera muy sencilla que misericordia es la capacidad de compadecerse de la miseria de otros. En hebreo la palabra misericordia está muy ligada con la palabra amor. La misma palabra para amor es para misericordia.
Por lo que debemos afirmar que sólo podemos ser misericordiosos como consecuencia de nuestra relación con Dios. Solo Dios puede impregnarnos de misericordia.
Bíblicamente la misericordia no solo está relacionada con las condiciones sociales desfavorables. Nosotros pensamos en ministerio de misericordia y pensamos inmediatamente en el pobre, necesitado o enfermo.
Pero la biblia nos presenta un gran énfasis en aquel que sufre las consecuencias  desdichadas del pecado.  El ejemplo de la misericordia por excelencia en Jesús quien se compadece del  hombre que  vive en tinieblas y por ello va a la cruz para redimirlo.
En el ministerio de Jesús, cuando tuvo misericordia, por ejemplo con el enfermo no le decía solamente sanate, antes de eso decía “tu fe te ha salvado”
La agenda la misericordia esta principalmente basada en la salvación  y redención de las personas y después de eso en la necesidad inmediata.

Puntualmente el desafío de hoy tiene que ver con tres cosas:
1.      Dejar que Dios imprima en mi vida el carácter misericordioso en mí:
- Es decir, reconocer que Dios ha tenido misericordia conmigo haber experimentado lo que significa ser perdonado. Reconocer que sin Jesús mi vida estaría en tinieblas.
Quizá suene muy obvio pero a veces la costumbre de venir a la iglesia nos hace perder la sensibilidad  para reconocer profundamente que somos obra de la misericordia de Dios.
 La consecuencia de reconocer la compasión de Dios mejoraría nuestra visión de la iglesia. Ya no vendríamos a exigir un servicio, no demandaríamos, no nos quejaríamos sino que vendríamos con gratitud para exaltar a quien nos ha librado de  muerte.
-       Una vez reconozco de Jesús en mí, debo perseverar en la oración, en la lectura de la palabra, en el congregarme y en la obediencia. Esto facilitará que Dios imprima su carácter mi vida.
2.      Manifestar misericordia en lo espiritual:
Ser misericordioso implica que tengamos compasión por los perdidos, que nos sintamos tristes porque los viven en las consecuencias de su pecado, en la desgracia de su maldad.
Esto debe superar la lastima y las buenas intenciones. La semana pasada recordamos la gran comisión, que no es otra cosa que tener misericordia.



¿Quiere saber qué tan misericordioso es?  Respóndase esta pregunta: ¿Cuántas personas han recibido salvación de Dios a través de usted? ¿A cuántas personas le ha compartido un poco de la misericordia qué recibió?
-       La iglesia hace esfuerzos para facilitar el evangeliso. Por ejemplo:
o     Los jóvenes salieron con comida y ropa el viernes,
o      el curso para matrimonios,
o     Los grupos de conexión
o     el concierto el próximo martes.
-       Pero tengo que decirles que quienes trabajamos por eso nos sentimos solos. Yo me siento solo muchas veces porque no encuentro respuesta, quiero buscar misericordiosos y aveces encuentro pocos. Y quiero pensar que si hay muchos misericordiosos pero que aun están sentados.

3.      Manifestar misericordia en lo material o social:
Necesitamos 
-       Este tipo de misericordia debería ser innato en la vida del creyente y solo quiero mencionar que la iglesia tiene un hogar de ancianas que necesita de la misericordia de todos. No solo en lo económico.
-       LA escuela de Lanin necesita de nuestra misericordia, no solo en lo económico.
-       Las mimas familias de nuestra iglesia…
-       Esto debería salir del corazón…
Oración: Para que reciclamos misericordia y para que podamos ser misericordiosos



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