Hemos dicho acerca de las bienaventuranzas
que están organizadas en un orden divino. Podríamos decir que es una
declaración general que la afirmación “dichoso el pobre en espíritu” porque de
ahí se desprenden todas las afirmaciones siguientes.
Quiero ser reiterativo y repetitivo; Si no
somos pobres de espíritu, si no hay un reconocimiento en cuanto a nuestra
condición no podemos ser reconocidos como
cristianos o conocedores de Dios.
La vida Cristiana parte cuando somos conscientes, que tenemos una necesidad en nuestro corazón porque
notamos la ausencia de Dios.
Cuando no tenemos la necesidad de Dios
aunque creamos en Él, no vamos a llevar fruto del Espíritu Santo. Dios
transforma solo las vidas de los que reconocen su necesidad de ser
transformados.
Leamos
Mateo 5: 7
“Bienaventurados
los compasivos (misericordiosos) porque serán tratados con compasión
(misericordia)”
Esta bienaventuranza apela al carácter de
quien ha sido transformado bajo el señorío de Dios y su palabra. Por eso, no se
está refiriendo simplemente al hacer sino al ser.
Como discípulos hemos de ser antes de poder
actuar.
La
vida cristiana no puede ser un ropaje que usamos los domingos, la invitación de
Jesús es una vida en consecuencia a la Palabra de Dios y a
sus principios.
Esta
vida que nos propone Jesús no depende de
nosotros ni de lo buenos que podamos ser o de las buenas obras que podamos
hacer. Solo depende del obrar del
Espíritu Santo sobre mí.
A
la luz de este texto, debemos entender el obrar del Espíritu Santo como la obra de compasión y misericordia
del Señor hacia nosotros.
Esto
nos debe quedar claro, Jesús no nos está pidiendo
hacer misericordia o compasión, la expectativa es que seamos misericordiosos y compasivos.
Muchos
creen que cumplen con el señor haciendo ciertas obras de misericordia, por
ejemplo un mercado, regalar ropa, dar un ofrenda etc. Esto es importante pero
no es el meollo del asunto.
Debemos
preguntarnos ¿Somos o no
misericordiosos?
La
misericordia no es un atributo propio del ser humano, entendido como un ser
natural. Si nos dejáramos llevar por nuestra naturaleza tendemos a tener
compasión selectiva.
Muchas
veces somos llamados en nuestra naturaleza a la lástima. La lástima es un sentimiento menos vehemente y más pasajero que compasión. Así es que de la palabra lástima no se
deriva un adjetivo aplicable al que la siente, sino al objeto que la provoca.
Una
persona puede ser misericordioso pero no lastimoso, no existe el SER de
lastima. Por ejemplo, una persona con lastima actúa o se incomoda frente al
hambre de un niño, pero no se conmueve
frente al hambre de un adulto.
El
misericordioso reaccionará frente al hambre sin importar quien la padezca, ni
las circunstancias, ni la cantidad de incomodidades que tenga soportar para
ayudar a solucionar esta condición.
Podríamos
definir de una manera muy sencilla que misericordia es la capacidad de
compadecerse de la miseria de otros. En hebreo la palabra misericordia está muy
ligada con la palabra amor. La misma palabra para amor es para misericordia.
Por
lo que debemos afirmar que sólo podemos ser misericordiosos como consecuencia
de nuestra relación con Dios. Solo Dios puede impregnarnos de misericordia.
Bíblicamente
la misericordia no solo está relacionada con las condiciones sociales
desfavorables. Nosotros pensamos en ministerio de misericordia y pensamos
inmediatamente en el pobre, necesitado o enfermo.
Pero
la biblia nos presenta un gran énfasis en aquel que sufre las
consecuencias desdichadas del
pecado. El ejemplo de la misericordia
por excelencia en Jesús quien se compadece del
hombre que vive en tinieblas y
por ello va a la cruz para redimirlo.
En
el ministerio de Jesús, cuando tuvo misericordia, por ejemplo con el enfermo no
le decía solamente sanate, antes de eso decía “tu fe te ha salvado”
La
agenda la misericordia esta principalmente basada en la salvación y redención de las personas y después de eso
en la necesidad inmediata.
Puntualmente el
desafío de hoy tiene que ver con tres cosas:
1. Dejar que Dios imprima en mi vida el carácter
misericordioso en mí:
- Es decir, reconocer que Dios ha tenido
misericordia conmigo haber experimentado lo que significa ser perdonado.
Reconocer que sin Jesús mi vida estaría en tinieblas.
Quizá suene muy obvio pero a veces la
costumbre de venir a la iglesia nos hace perder la sensibilidad para reconocer profundamente que somos obra
de la misericordia de Dios.
La
consecuencia de reconocer la compasión de Dios mejoraría nuestra visión de la
iglesia. Ya no vendríamos a exigir un servicio, no demandaríamos, no nos
quejaríamos sino que vendríamos con gratitud para exaltar a quien nos ha
librado de muerte.
-
Una vez reconozco de Jesús en mí, debo perseverar en la
oración, en la lectura de la palabra, en el congregarme y en la obediencia.
Esto facilitará que Dios imprima su carácter mi vida.
2. Manifestar misericordia en lo espiritual:
Ser misericordioso implica que tengamos
compasión por los perdidos, que nos sintamos tristes porque los viven en las
consecuencias de su pecado, en la desgracia de su maldad.
Esto debe superar la lastima y las buenas
intenciones. La semana pasada recordamos la gran comisión, que no es otra cosa
que tener misericordia.
¿Quiere saber qué
tan misericordioso es? Respóndase esta
pregunta: ¿Cuántas personas han recibido
salvación de Dios a través de usted? ¿A cuántas personas le ha compartido
un poco de la misericordia qué recibió?
-
La iglesia hace
esfuerzos para facilitar el evangeliso. Por ejemplo:
o
Los jóvenes salieron con comida y ropa el viernes,
o
el curso para
matrimonios,
o
Los grupos de conexión
o
el concierto el
próximo martes.
-
Pero tengo que
decirles que quienes trabajamos por eso nos sentimos solos. Yo me siento solo
muchas veces porque no encuentro respuesta, quiero buscar misericordiosos y
aveces encuentro pocos. Y quiero pensar que si hay muchos misericordiosos pero
que aun están sentados.
3. Manifestar misericordia en lo material o social:
Necesitamos
-
Este tipo de misericordia debería ser innato en la vida del
creyente y solo quiero mencionar que la iglesia tiene un hogar de ancianas que
necesita de la misericordia de todos. No solo en lo económico.
-
LA escuela de Lanin necesita de nuestra misericordia, no solo
en lo económico.
-
Las mimas familias de nuestra iglesia…
- Esto debería salir
del corazón…
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