Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente
los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. 12 alégrense
y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en
el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes.
Las últimas dos bienaventuranzas están relacionadas entre
sí, el perseguido y el vituperado por
causa del Señor.
Como dijimos la semana pasada hay una resonancia entre las
bienaventuranzas la 1 con la 5, la 2 con la 6 y en este caso la 4 con 8
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia” y bienaventurados los
perseguidos por causa de esa misma justicia.
También debemos notar que estas últimas dos afirmaciones
terminan el ciclo de la misma forma como
se comenzó. La promesa para el pobre de espíritu es el Reino de Dios, igual
para quien es perseguido por causa del Señor.
Jesús trae a la mesa un tema propio de los cristianos; la persecución.
El solo hecho de ser testigos del Señor trae consigo
persecución. Jesús, sus discípulos y seguidores se convirtieron en personas
incómodas para las personas de la época que vivieron, eran tan radicales que
estaban en contraposición con el reino de las tinieblas y eso mismo debe caracterizarnos a nosotros;
somos la luz en medio de las tinieblas y somos la sal en un mundo que debe ser
preservado por el evangelio.
Si miramos un poco la historia de la iglesia en Hechos de los
apóstoles, es una historia de persecución, la iglesia inicia su crecimiento por
el mundo conocido después de la muerte de Estaban porque se esparcen para
llevar el evangelio. Esta persecución fue cruel, hechos nos muestra lo peor del
imperio romano y lo mejor del Espíritu Santo porque estos perseguidos vieron el
poder de Dios para guardarlos, para guiarlos y para manifestarse con señales y
prodigios. No fue una iglesia de mucho hablar fue una iglesia en la se
evidenciaron los hechos del Espíritu santo.
La persecución no fue nueva en la historia del pueblo de
Dios, los profetas también fueron perseguidos y la promesa es que nosotros en este
tiempo seremos perseguidos.
Solo con cumplir estas
8 afirmaciones de bienaventurados estaríamos en la lista de candidatos para ser
perseguidos; amar la justicia trae enemigos, amar la paz trae enemigos, ser
manso trae enemigos etc.
Jesús nos dice que ser perseguidos por causa de Dios es una
bendición. Pero Jesús también es claro en decir que la causa de la persecución debe ser el
evangelio y la justicia divina.
- Jesús no habla de persecución por nuestro carácter:
Nosotros podemos ser perseguidos por muchas razones que no
son la causa del evangelio, por ideales propios, pecados pasados, nuestro
propio carácter pecaminoso, por ejemplo aunque seamos hijos de Dios a veces
somos irrespetuosos, groseros, imprudentes, y si nos persiguen por esa causa no
somos dichosos. No podemos afirmar que
si no pagamos la tarjeta de crédito y los cobradores nos persiguen por
teléfono, a la luz de este versículo que somos bienaventurados.
- Jesús no habla de persecución legalista o religiosa
Estamos llamados a proclamar el evangelio de Cristo, pero no
estamos llamados a proclamar una religión y a proclamar “una iglesia”. Muchos
cristianos dedican sus fuerzas a defender doctrinas humanas pero no el
evangelio, a veces hay persecución entre
las mismas congregaciones porque unos son de una denominación y otros son de
otra.
A veces también hay persecución entre los mismos hermanos de
la iglesia. La justicia de Dios no tiene nada que ver con la división del
cuerpo de Cristo.
¿Cómo debemos entender
la persecución?
Como principio general, en cualquier época, en cualquier
lugar la persecución nace cuando “hay una fe genuina” porque el cristiano verdadero no es perseguido por ser
bueno sino por ser justo y santo, porque marca la diferencia en humildad y
mansedumbre.
Jesús no fue perseguido por los fariseos por ser simplemente
bueno, lo fue por su justicia y por sus palabras que denunciaba la hipocresía,
fue odiado por su santidad y su verdad total y absoluta.
La persecución puede venir en diferentes empaques, según el
contexto, según la época por ejemplo:
1.
Opresión espiritual:
Poco hablamos de Satanás y sus aliados pero la biblia nos
dice que el trabajo de Satanás es oprimirnos, hacernos caer en tentación,
alejarnos de Dios y por supuesto dividir la iglesia.
No podemos afirmar una lista “de síntomas” para identificar
la opresión espiritual pero debemos decir que a veces hay cansancio espiritual,
hay culpa, poco deseo de ir a la iglesia, poco deseo de leer la palabra y en
algunos casos manifestaciones demoniacas.
Frente a esta persecución que es más común de lo que
pensamos, que es diaria y que es constante debemos orar con intencionalidad,
buscar ayuda y leer mucho la palabra. En
la palabra y la oración Dios nos da el recurso para vencer-
“Someteos, Resistid al
Diablo y él huirá de vosotros” Santiago 4:7
2.
Persecución física:
Quizá esta es la menos común en nuestro contexto, esto no
quiere decir que no nos pueda pasar. Alrededor del mundo hay cristianos
perseguidos que entregan sus vidas para no negar a Cristo.
3.
Persecución ideológica:
Esta es la manera más común con la
que nos estamos enfrentando los cristianos modernos, de una manera muy sutil
estamos cediendo ante esta gran persecución. Los gobiernos están tomando
decisiones que contradicen abiertamente los principios Bíblicos y la iglesia
esta callada. Es más los cristianos dan su voto por quienes están a favor de
prácticas anti cristianas.
Por ejemplo,
- La nueva era y el ocultismo se han disfrazado para llenar nuestra mente de principios y
prácticas que son abiertamente opuestas al reino de Dios.
Nuestros hijos están expuestos a
través de los programas infantiles de una manera sutil pero directo a prácticas
del ocultismo. Hay películas de waltdisney que evocan el budismo, magia, rezos
y conjuros.
Esto esta permeando la mente y el
corazón de los niños. Y los niños están más expuestos a esto que a la palabra
de Dios. Una película dura 2 horas y el devocional en la casa escasamente 5
minutos.
Frente a esto yo diría que no tenemos
una persecución porque la persecución implica resistencia. Frente a esto veo
que nosotros simplemente nos rendimos y cedimos el terreno del corazón de
nuestros hijos y la futura generación de creyentes.
Esto sin mencionar las letras de las
canciones que cantan nuestros jóvenes con alto contenido obsceno.
- El homsexualismo: Los gobiernos, la televisión y el mundo está a favor de la libertad del
desarrollo de la persona. Somos perseguidos cuando nos levantamos para afirmar
una verdad que suena antigua y ridícula hoy. Dios creo un hombre y una mujer y
no podemos aceptar que la época moderna cambie el concepto de familia.
- El aborto, la legalización de la marihuana entre otros temas.
En nuestra época el enemigo no tiene que matarnos, porque no
somos peligro para nadie. El evangelio se ha reducido tanto en nombre “del
amor y la tolerancia” que sencillamente debemos reconocer que no
estamos siendo perseguidos. Nuestras iglesias están llenas de personas
convertidas no al evangelio de Jesucristo, no a la causa de Jesucristo sino
convertidas a una evangelio creado a su propio pensamiento, conforme a sus conveniencias,
un evangelio que ya no es poder para salvación sino poder para sacar el campeón
que tienen dentro, poder para explotar tu potencial, poder para triunfar, para
ser prospero, poder para muchas cosas menos para llenar de luz al mundo que
esta engañado en las tinieblas.
Vivimos una época donde escasean los radicales, en la que el
evangelio ya no es motivo de vituperio y persecución
LUCAS 6:26 ¡Ay de
ustedes cuando todos los elogien!
Dense cuenta de que los antepasados de esta gente trataron así a los falsos profetas.
Dense cuenta de que los antepasados de esta gente trataron así a los falsos profetas.
Es más frecuente que los cristianos lean cada vez más poco
la Biblia, y el resultado es que si no
conocemos la palabra de Dios, no podremos resistir al Diablo, no podremos ganar
la batalla, no podemos interpretar los tiempos en los que estamos y por ello la
iglesia está siendo engañada y guarda silencio ante estas nuevas realidades
ideológicas.
El énfasis del evangelio de Mateo y del Sermón del Monte es
el Reino de los Cielos. Recibamos la invitación de Jesús a largo de estas
bienaventuranzas para anhelar vivir como dignos representantes del Señor en la
tierra, anhelando que el Reino de Dios se establezca entre nosotros.