Yo soy el pan de vida
Juan 6:35-36
Hay un refrán popular
que dice “A buen hambre, no hay pan malo”,
el hambre es una necesidad que logra desestabilizarnos; hay personas que se
enojan cuando tienen esta sensación, si tenemos mucha hambre todo nos sabe más
rico… aunque sea lo más feo.
El hambre ha sido motor
de grandes conflictos sociales; una población con hambre podría hasta matar un
pedazo de pan.
En la Biblia, Dios ha
usado esta necesidad cotidiana, natural y constante para revelar una gran
necesidad Espiritual:
Juan
6:35-36
“Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El
que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a
tener sed. Pero como ya les dije, a pesar de que ustedes me han visto, no
creen” (NVI)
.
El evangelio de Juan fue
escrito con el propósito de que los oyentes crean en Jesús y para que creyendo
tengan vida eterna en su nombre
En el evangelio de Juan
se encuentran siete declaraciones de Jesús que se define como YO SOY. Cada una de estas afirmaciones
apuntan a una necesidad del ser humana.
Esta declaración de YO
SOY EL PAN DE VIDA está inmersa en un contexto de hambre y de un milagro.
Había una multitud que
escuchaba a Jesús y cuando se hizo tarde no tenían nada para comer. Había una
preocupación por el qué darles de comer, Felipe dice: No hay pan para tanta
gente.. Y Jesús usa 5 panes y dos peses milagrosamente para suplir la necesidad
de la multitud.
Uno espera que después
de un milagro, los beneficiados tengan una conversión genuina. Y demuestren
agradecimiento por el milagro hecho. Sin embargo Jesús pone en evidencia la
tendencia del corazón del ser humano Juan
6:26 “Les aseguro que ustedes me buscan no porque han visto señales sino porque
comieron pan hasta llenarse”
La tendencia de la
multitud es la misma tendencia nuestra, muchas veces seguimos a Jesús para
llenar la guata o llenar nuestras expectativas, deseos.. pero no logramos
conectarnos con el deseo de Dios.
A veces buscamos
milagros y paradójicamente son los milagros los milagros los que nos alejan de
Dios. No por el milagro en sí sino por nuestro corazón.
-
El trabajo - El dinero etc.
De
esta declaración de Jesús como el pan de vida, por lo menos quiero resaltar dos
situaciones:
1.
Jesús exhorta a la multitud porque
le sigue por su necesidad física… esta multitud estaba pensando con la guata.
La primera verdad que quiero resaltar es que No pensemos con el estómago
Quienes fueron
seguidores de Jesús anduvieron con él, escucharon sus enseñanzas, vieron sus
señales y milagros. Lo vieron con sus propios ojos, lo tocaron lo sintieron.
Pero el cambio en ellos no había sucedido. Su actitud frente al dador de la
vida, su forma de ver la vida estaba centrada en “el milagro” pero no en el
Señor del milagro.
El cuestionamiento de
Jesús para estos fariseos es que vivían pensando en sus necesidades
momentáneas.
Esto nos lo podemos
imaginar como cuando hay una población que recibe casas, bonos y ayudas de un
partido político. Estas personas se declaran seguidoras de esa corriente por
los beneficios que reciben pero eso no implica que sus principios e ideales
estén comprometidos con ellos.
Los milagros son
importantes siempre y cuando entandamos que Dios lo hace con un propósito muy
claro; que creamos y tengamos vida eterna. El
milagro no ocurre por nuestra necesidad terrenal, ocurre por nuestra necesidad
eterna; La vida eterna que Jesús nos ofrece no tiene que ver con los milagros;
el fin último es que nosotros creamos y al creer veamos su gloria.
Felipe el discípulo que
acompañó a Jesús en el milagro de la multiplicación no aprobó la evaluación;
Jesús le pregunta cómo vamos a alimentar
a tantos y responde IMPOSIBLE.. No hay como hacerlo. El había visto otros
milagros, Jesús ya había convertido el agua en vino… aunque Felipe vio el poder de Jesús le faltaba Fe, le faltaba Creer.
Cuando nosotros ponemos
nuestros ojos en el milagro y pensamos con la guata, perdemos nuestra mirada y
no logramos ver a Jesús.Los discípulos cayeron
en el sensacionalismo de ver los panes y los peces multiplicarse y esto los
llevó a hacer de Jesús su rey prometido, a evocar la figura de Moisés que los
liberó del yugo de la esclavitud.. Pero
Jesús simplemente se retiró. Aunque él es el verdadero rey, el se retira de
la escena porque su reino no es comida ni bebida. Su reino no es terrenal, es
eterno; el reino de la gracia, el perdón y la misericordia.
El afán de esta
multitud era palpar lo sensacional de los milagros y no real interés de los
mensajes de Jesús. Por ende les exhorta: “No
piensen con el estómago; trabajen por otro tipo de comida que a vida eterna
permanece”
2.
Junto a la exhortación de no pensar
con la guata, Jesús les hace una invitación “piensen en mí como el pan de
vida”
Jesús
se define como el pan de vida, es decir como un pan eterno, como el dador de la
vida. Esta declaración hace eco a maná en desierto, el pan dado por Dios a los
israelitas. Así como el maná vino del cielo enviado por Dios, Jesús vino del
cielo enviado por Dios para traer vida eterna a la humanidad.
En
el texto es evidente que los seguidores aún no han entendido que Jesús es el
pan que sacia toda necesidad inmediata y eterna.
Lo
que Jesús ofrece es tan bueno que aquellas personas que crean en él no tendrán hambre, ni sed pero la fe es precisamente la condición que necesitan las personas para
recibir este pan celestial. Por ende la
incredulidad impide la saciedad.
Los
israelitas conocieron el maná el desierto, vieron poder de Dios día tras día.
Sin embargo su terquedad e incredulidad fue tan grande que perecieron el
desierto sin llegar a la tierra prometida.
Tal
cual nos puede ocurrir con Jesús “el verdadero maná” podemos verle día tras
día, podemos ver el obrar de Dios y de su obra redentora, podemos reunirnos
cada semana pero si caemos en una incredulidad terca no podremos recibir esa
vida placentera que el Señor quiere darnos.
Aunque conozcamos a Jesús y caminemos con él por muchos años, nos es
necesario creer y acercarnos a Él.
Puede
que muchos de nosotros estemos hoy con hambre, que estemos aca con las
motivaciones incorrectas, que nuestro acercamiento a Dios sea por una bendición
que supla una lista de necesidades. Jesús quiere que seamos su pueblo y que
nosotros confiemos en él. Y el confiar se va ejercitando cuando yo le cedo a
Dios el control sobre mi vida y mis circunstancias… Aun si no ocurren eventos
milagrosos y sigo confiando en que él
tiene el control de toda mi vida.
Pedro nos da una
lección de cómo aplicar este porción de la escritura, más adelante el afirma:
“Señor:
A quién iremos?
Tu
tienes palabras de vida eterna
Y
nosotros hemos creido que tu eres el cristo
El
hijo del Dios viviente”
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