Pastor Julian Aristizabal
Se puede
aprender mucho acerca de una persona por el tipo de oración que hace, cuando
una oración suena como grabación es indicio de un espíritu opacado o que se ha
secado.
Hay
oraciones egoístas; las que hablan de mis necesidades, la oración
impresionante; que sale de un corazón orgulloso. Las
oraciones dicen mucho del que se acerca a Dios.
En la
biblia encontramos muchos modelos de hombres que se acercaron delante del Señor
para orar de las cuales podemos aprender mucho; Jesús, David, Daniel entre
otros.
Hoy quiero
hablar de la oración y de Nehemías de quien podemos aprender por lo menos tres
de sus secretos. Leer Nehemías 1
Nehemías
fue uno de los líderes que Dios levantó después del Exilio, su llamado fue a la
reconstrucción física y espiritual del pueblo de Israel.
Lo primero
que vemos en la oración de Nehemias es que se basa en el carácter de Dios.
El versículo 5
“Señor Dios del cielo, grande y temible Que cumples
el pacto y que eres fiel con los que te ama y obedecen tus mandamientos”
1. Nehemías
ora con un conocimiento previo de quién es Dios, este conocimiento no es
un conocimiento solo intelectual sino que es relacional. Él sabe a quién se dirige.
Al Señor
le encanta las oraciones íntimas, anhela que nosotros le conozcamos tal cuál es
y que reconozcamos nuestra dependencia absoluta por su gracia y su poder.
En esta
oración es claro quién es Dios y quien es el orante, a veces en nuestras
oraciones no tenemos claro quién es Dios porque nos ponemos en su lugar… oramos
a Dios queriendo que Dios haga nuestro plan, queremos enseñarle a Dios como
hacer las cosas y no estamos pensando en que nosotros debemos aceptar la
voluntad absoluta de Dios.
En este
versículo hay cinco declaraciones que debemos guardar en nuestro corazón y
poner sobre la mesa a la hora de orar:
a. Dios es
grande: muestra la posición de Dios
b. Dios es
temible
c. Dios es
poderoso
d. Dios
cumple sus promesas
e. Dios es
fiel
La oración de Nehemías surge en
un momento difícil del pueblo, han llegado después del cautiverio, Israel había
sufrido, había perdido su identidad, habían perdido su seguridad y apenas
estaban recuperando la esperanza.
En medio del caos la oración
surge efecto sólo cuando conocemos a quién oramos. La oración pude traer paz a
nuestros corazones cuando nuestro corazón reconoce los atributos de Dios.
2.
Nehemías también ora con un conocimiento
de quien es él:
Dios le
había advertido a Israel que el precio de la desobediencia iba a ser grande y
costoso porque perderían su tierra prometida. El pueblo no tuvo en cuenta estas
palabras de Dios, pecó en gran manera y en consecuencia sufrió el cautiverio,
perdieron su identidad, su Templo y su libertad.
Nehemías
inicia la tarea que Dios le imparte para
la reconstrucción de Israel reconociendo su grandeza y también se reconoce quien es él y quien es el
pueblo.
Se
identifica con su pueblo y confiesa su pecado, Nehemías tiene un corazón
sensible y por ello se acerca a Dios y ayuda a otros para que también lo hagan.
Nehemías confiesa
y pide perdón por el pecado de su pueblo y aun lo hace por quienes pecaron
cuando él ni siquiera había nacido, se involucra con el plan de Dios.
Esta
oración trascendió la historia del pueblo y trajo bendición y liberación
notemos que no fue una oración egoísta basada en sus peticiones, no fue una
oración muy elaborada con palabras elocuentes. Solo es un diálogo con Dios
reconociendo la realidad del pueblo y la necesidad de la misericordia de Dios.
Muchas
veces cuando hay crisis en el pueblo de Dios, por pecado o por otras
circunstancias vemos que muchos se levantan para irse a otra iglesia, otros se
levantan para criticar… pero ¿Cuántos nos levantamos para llegar delante de la
presencia del Señor reconociéndolo y aun declarnos pecadores aunque no hayamos pecado?
Nehemías
no asustó al ver los muros caídos, no se desesperanzó, el oró.
Dios está esperando hombres y mujeres que se
intercedan por esta congregación que está en proceso de crecimiento, no estamos
en ruinas pero necesitamos oración.
Dios está esperando hombres y mujeres que
intercedan por los matrimonios, por los jóvenes, por los niños…
Ezequiel 22:30 dice:
Busqué entre ellos alguno que
levantara un muro y se pusiera en pie en la brecha delante de mí a favor de la
tierra, para que yo no la destruyera, pero no lo hallé.
La realidad de nuestras iglesias en general es
que hay poca gente en la brecha, a veces ni oramos por nosotros mismos o por
nuestros hijos. Nuestra oración es que esta iglesia tenga un avivamiento
verdadero que inicia en la brecha
¿Hay alguien en la brecha hoy?
Los que deciden ir a la brecha son los que no buscan culpables por las
situaciones difíciles, sino que aceptan la realidad, a veces asumen la culpa,
no acusan a otros y tampoco se excusan, el que está en la brecha ora y busca
soluciones confiando en el Señor.
Finalmente Nehemias
descansa en las promesas del Señor, con humildad Nehemías recuerda las promesas de
restauración del Señor y ora por su cumplimiento
“Pero si se vuelven a mi y obedecen y ponen por obra mis mandamientos…
aunque hayan sido llevados al lugar mas apartado los recogeré, les haré volver
al lugar donde he decido habitar” (8-9)
Nehemías puede orar descansando en las promesas de Dios porque las conoce
de antemano. La biblia está llena de promesas que desafortunadamente no
conocemos.
Hoy día se habla de “reclamar” las promesas de Dios, en realidad nosotros
no somos nadie para reclamarle a Dios nada, sus promesas son por misericordia y
por bondad de él.
Pero lo que si es cierto es que podemos orar descansando en que Dios nos
ha prometido perdón, restauración, consuelo, entre muchas otras cosas.
En las promesas de la Biblia Dios mismo nos da el contenido de nuestra
oración, cuando leemos la biblia y cuando conocemos la Palabra de Dios la
oración fluye con libertad porque está nos da el contenido, nos da una ruta y
nos da la tranquilidad de que Dios quiere el bien para nosotros.
En resumen, aprendemos de Nehemias que oramos:
1.
Reconociendo quién es Dios
2.
Reconociendo quienes somos nosotros
3.
Descansando en sus promesas.
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