Iglesia Cristiana Encuentro Con Cristo - Temuco

lunes, 31 de marzo de 2014

Arrepentimiento “volviendo a casa”

Julián Aristizabal

 El domingo pasado hablamos del pecado de la raza humana en la que todos estamos insertados. Hablamos del pecado de Adán y Eva, ellos quisieron ser como Dios, dejando como resultado la catástrofe del hombre y su inclinación a hacer lo malo y perverso.

El tema del arrepentimiento va de la mano del pecado, ya que si uno no es consciente de su pecado, no puede arrepentirse.

Al hablar del arrepentimiento, podemos tener varios imaginarios, Por ejemplo;
-          Es sentimiento de tristeza por el mal realizado, Pero una tristeza que no lleva a ninguna acción
-          El sentimiento de ser descubierto. En ese sentido puede ser vergüenza pero no arrepentimiento.
-          Remordimiento (Judas)
-          Auto-culpa. Auto-condenación y auto-disciplina (como soy un pecador no merezco la bendición de Dios, no puedo servir en la iglesia, no merezco… )
La definición de arrepentimiento que nos presenta la biblia es metanoia, que implica un cambio de de dirección, un cambio de pensar, actuar y de hacer. Me vuelvo de la vida que estoy llevando a la vida que Dios me esta ofreciendo.
Es un reconocimiento voluntario del pecado y la necesidad del perdón de Dios.

La biblia nos presenta muchos relatos que nos ejemplifican el arrepentimiento, una de las que primeros vienen a mi mente es la historia muy conocida por nosotros narrada en Lucas 15: 11- 26 

Creo que de alguna manera con este relato, todos nos identificamos. De formas diferentes nos alejamos del padre, dejando de lado aquellos consejos sabios que guarda nuestro proceder.
Esta es la historia de una familia en que uno de los hijos toma una decisión equivocada (12 y 13) alguien dijo en alguna ocasión “toda decisión marca un destino”
Este joven toma una mala decisión; pide la herencia de su padre con una motivación incorrecta. Él se alejó, vivió desenfrenadamente y derrochó todo lo que tenía.
Al igual que este joven nosotros estamos tentados a “pedir nuestra herencia” y tomar malas decisiones que nos alejan del Padre. Muchas veces las malas decisiones no las tomamos con una conciencia clara de lo que implica irnos alejando poco a poco de Dios.
El joven de esta historia se fue repentina y definitivamente, muchas veces nuestras decisiones nos alejan de a poco no solo de Dios sino de nuestras familias, hijos, conyugues, amigos, la iglesia.
A veces confiamos que hacemos lo correcto, sin embargo la palabra de Dios en Jeremías 17:9 dice
Nada hay tan engañoso como el corazón.
  No tiene remedio.
    ¿Quién puede comprenderlo?
                                                                
El resultado de una serie de malas decisiones,  al principio es divertido porque vivimos de acuerdo a nuestro antojo en una  falsa libertad, pero después de un tiempo, pasamos a la esclavitud porque lo que pensamos, hacemos y decimos termina controlando nuestra vida.         
Las decisiones que tomamos a veces nos van degradando, este personaje cambió en muchos  sentidos, dejó su familia, vivió como quería, entró en una condición de mendicidad, empezó a vivir con los cerdos y quedó en esclavitud.
En los 14 a 16 vemos un reflejo de la realidad; Nuestras decisiones nos traen consecuencias
En medio de los chanchos, este joven entendió que su propio camino no lo iba a llevar a ninguna parte, su pecado lo estaba llevando a la condición más degradante. Él era un judío, por lo tanto estar entre los chanchos era lo más degradante, este animal era inmundo para ellos.
Cuando tocó fondo aun comiendo el alimento de los cerdos, este hijo empieza a recapacitar y a recordar lo bueno que vivía junto al padre. Podríamos pensar que la necesidad lo llevo a reconsiderar el arrepentimiento.
Muchas veces el arrepentimiento no nace por nuestra propia iniciativa, Dios a través de las circunstancias y de los avatares de la vida nos lleva a reconsiderar la condición en la que estamos. Hasta que nuestra voluntad no sea quebrantada, no vamos a responderle a Dios.
Finalmente, vemos en los versículo18, una declaración que cambia el rumbo de la historia del hijo “Tengo que volverme a mi padre y decirle he pecado contra el cielo y contra ti
Esta parábola inicia en casa y termina con el joven regresando a casa, Este chico estuvo expuesto a la tristeza, dolor, desesperanza y humillación. Hasta que algo pasó “por fin recapacitó” logró reflexionar y decide dejar su camino para escoger el camino que lo lleva a donde su padre.
Dios permite que lo perdamos todo para llamar nuestra atención.
Este hijo evidencia varias realidades del arrepentimiento:
1.     El arrepentimiento es recapacitar para volver a casa.
2.     El arrepentimiento incluye; reflexión, confesión (He pecado),  acción (Me levantaré, reconoceré) y rendición

3.     Es un cambio que sucede en todo el ser de la persona: carácter y comportamiento. “De modo que si alguno esta en Cristo nueva creatura es, las cosas viejas pasaron he aquí son hechas nuevas” 2 corintios 5:17

4.   No implica solo una confesión, implica necesariamente una transformación,  que sucede cuando nuestra vida este totalmente rendida delante de Dios. La clave es deshacerme de lo que a Dios no le agrada en mi vida. “una obediencia parcial es una desobediencia total”

5.   Es rechazo y renuncia

Lo más importante de esta historia de arrepentimiento no es la reflexión del hijo, no es la llegada a casa. La buena noticia no es el arrepentimiento del hijo prodigo.
La gran noticia de este pasaje es que el Padre lo espera con los brazos y corre a su encuentro. No le recrimina, no lo recibe como jornalero.. Lo recibe como su hijo y le devuelve su dignidad.



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