Julián Aristizabal
El domingo
pasado hablamos del pecado de la raza humana en la que todos estamos insertados.
Hablamos del pecado de Adán y Eva, ellos quisieron ser como Dios, dejando como
resultado la catástrofe del hombre y su inclinación a hacer lo malo y perverso.
El
tema del arrepentimiento va de la mano del pecado, ya que si uno no es consciente
de su pecado, no puede arrepentirse.
Al
hablar del arrepentimiento, podemos tener varios imaginarios, Por ejemplo;
-
Es sentimiento de tristeza por el mal
realizado, Pero una tristeza que no lleva a ninguna acción
-
El sentimiento de ser descubierto. En
ese sentido puede ser vergüenza pero no arrepentimiento.
-
Remordimiento (Judas)
-
Auto-culpa. Auto-condenación y
auto-disciplina (como soy un pecador no merezco la bendición de Dios, no puedo
servir en la iglesia, no merezco… )
La
definición de arrepentimiento que nos presenta la biblia es metanoia, que
implica un cambio de de dirección, un cambio de pensar, actuar y de hacer. Me
vuelvo de la vida que estoy llevando a la vida que Dios me esta ofreciendo.
Es
un reconocimiento voluntario del pecado y la necesidad del perdón de Dios.
La
biblia nos presenta muchos relatos que nos ejemplifican el arrepentimiento, una
de las que primeros vienen a mi mente es la historia muy conocida por nosotros
narrada en Lucas 15: 11- 26
Creo
que de alguna manera con este relato, todos nos identificamos. De formas
diferentes nos alejamos del padre, dejando de lado aquellos consejos sabios que
guarda nuestro proceder.
Esta
es la historia de una familia en que uno de los hijos toma una decisión
equivocada (12 y 13) alguien dijo en alguna ocasión “toda decisión marca un
destino”
Este
joven toma una mala decisión; pide
la herencia de su padre con una motivación incorrecta. Él se alejó, vivió
desenfrenadamente y derrochó todo lo que tenía.
Al
igual que este joven nosotros estamos tentados a “pedir nuestra herencia” y
tomar malas decisiones que nos alejan del Padre. Muchas veces las malas
decisiones no las tomamos con una conciencia clara de lo que implica irnos
alejando poco a poco de Dios.
El
joven de esta historia se fue repentina y definitivamente, muchas veces
nuestras decisiones nos alejan de a poco no solo de Dios sino de nuestras
familias, hijos, conyugues, amigos, la iglesia.
A
veces confiamos que hacemos lo correcto, sin embargo la palabra de Dios en Jeremías
17:9 dice
Nada
hay tan engañoso como el corazón.
No tiene remedio.
¿Quién puede comprenderlo?
No tiene remedio.
¿Quién puede comprenderlo?
El resultado de una
serie de malas decisiones, al principio
es divertido porque vivimos de acuerdo a nuestro antojo en una falsa libertad, pero después de un tiempo,
pasamos a la esclavitud porque lo que pensamos, hacemos y decimos termina
controlando nuestra vida.
Las decisiones que
tomamos a veces nos van degradando, este personaje cambió en muchos sentidos, dejó su familia, vivió como quería,
entró en una condición de mendicidad, empezó a vivir con los cerdos y quedó en
esclavitud.
En los 14 a 16 vemos
un reflejo de la realidad; Nuestras decisiones nos traen consecuencias
En medio de los
chanchos, este joven entendió que su propio camino no lo iba a llevar a ninguna
parte, su pecado lo estaba llevando a la condición más degradante. Él era un
judío, por lo tanto estar entre los chanchos era lo más degradante, este animal
era inmundo para ellos.
Cuando tocó fondo
aun comiendo el alimento de los cerdos, este hijo empieza a recapacitar y a
recordar lo bueno que vivía junto al padre. Podríamos pensar que la necesidad
lo llevo a reconsiderar el arrepentimiento.
Muchas veces el
arrepentimiento no nace por nuestra propia iniciativa, Dios a través de las
circunstancias y de los avatares de la vida nos lleva a reconsiderar la
condición en la que estamos. Hasta que nuestra voluntad no sea
quebrantada, no vamos a responderle a Dios.
Finalmente, vemos en
los versículo18, una declaración que cambia el rumbo de la historia del hijo “Tengo
que volverme a mi padre y decirle he pecado contra el cielo y contra ti”
Esta parábola inicia
en casa y termina con el joven regresando a casa, Este chico estuvo expuesto a
la tristeza, dolor, desesperanza y humillación. Hasta que algo pasó “por fin recapacitó” logró reflexionar y
decide dejar su camino para escoger el camino que lo lleva a donde su padre.
Dios permite que lo
perdamos todo para llamar nuestra atención.
Este hijo evidencia
varias realidades del arrepentimiento:
1. El
arrepentimiento es recapacitar para volver a casa.
2. El
arrepentimiento incluye; reflexión, confesión (He pecado), acción (Me
levantaré, reconoceré) y rendición
3. Es
un cambio que sucede en todo el ser de la persona: carácter y comportamiento. “De modo que si alguno esta en Cristo
nueva creatura es, las cosas viejas pasaron he aquí son hechas nuevas” 2
corintios 5:17
4.
No
implica solo una confesión, implica necesariamente una transformación, que sucede cuando nuestra vida este
totalmente rendida delante de Dios. La clave es deshacerme de lo que a Dios no
le agrada en mi vida. “una obediencia parcial es una desobediencia total”
5.
Es
rechazo y renuncia
Lo
más importante de esta historia de arrepentimiento no
es la reflexión del hijo, no es la llegada a casa. La buena noticia no es el
arrepentimiento del hijo prodigo.
La gran noticia de este
pasaje es que el Padre lo espera con los brazos y corre a su encuentro. No le
recrimina, no lo recibe como jornalero.. Lo recibe como su hijo y le devuelve
su dignidad.