Por Eliana Marcela Ortiz
Juan 2:13-25
El texto sucede
después de la primea señal o milagro que Jesús hace las bodas de Caná. En
este evento podemos ver un ambiente de gozo, unas bodas y un milagro que según
algunos, usa la figura de vino para anunciar los tiempos mesiánicos.
Del gozo
y la festividad, pasamos a un escenario de conflicto y tensión.
Vemos a Jesús en este pasaje muy
enojado.
Era la fiesta de la pascua (la primera de tres que se narran en Juan)
– una fiesta que se celebraba desde los
tiempos del éxodo. Todos viajaban a Jerusalén para encontrarse en el Templo.
Un detalle en la narración de Juan es
que él se refiere a la pascua como la pascua de los judíos, pero en realidad no
era una expresión usada normalmente, generalmente es la pascua del Señor o simplemente
la pascua. Desde el inicio de la narración el autor bíblico nos está informando
en un sentido peyorativo que esa pascua
ya no era la del Señor, era de los judíos. Los hombres habían perdido el norte
de la fiesta.
La razón del enojo de Jesús es que al
acercarse al Templo encuentra mercaderes en lugar de profetas o adoradores.
Este texto nos evoca a varias realidades
del Antiguo Testamento en primer lugar porque el relato nos lleva al Pentateuco
y a las instituciones judías:
1.
El
Templo
2.
Las
fiestas
3.
Los
sacrificios
4.
La
profecía
Recordemos que hasta ese momento de la
historia de Israel el Templo era el lugar en el que habitaba Dios. Se supone
que si uno quería “ver a Dios” tenía que ir al pueblo. De igual manera hasta
ese momento aún existía la necesidad de ofrecer sacrificios según lo
reglamentaba el libro de levítico. Las fiestas y los sacerdocios fueron
impuestas para que el pueblo se pudiera acercar a Dios.
Jesús va a la “casa de Dios” y la
tradición que debió acercar al pueblo a su Dios es ahora una cueva de ladrones.
El Templo de Dios se había convertido en un gran negocio alrededor del
sacrificio.
El enojo de Jesús lo lleva a tirar las
mesas y a echar a los fariseos del Templo con bastante enojo.
La pregunta es ¿Cómo interpretaron los
que vivieron ese momento la acción de Jesús? ¿Qué quiso demostrar Jesús con
esto?
La protesta de Jesús, en cierta medida
es una propuesta que los judíos estaban acostumbrados a escuchar. La tarea de
varios profetas fue anunciar la profanación de la casa de Dios y los signos de
purificación del Templo.
Desafortunadamente el pueblo de Dios
persistió en la degradación de las instituciones que Dios instauró en la
tierra. Recordemos a los hijos de Elí, Amós les dice a los discípulos “Van a
morir porque Israel se prostituyó, busquen a Dios pero no lo busquen en los
lugares de adoración”
Jeremias 7:11
11 ¿Creen acaso que esta
casa que lleva mi nombre es una cueva de ladrones? ¡Pero si yo mismo lo he
visto! —afirma el Señor—.
12 » ”Vayan ahora a mi
santuario en Siló, donde al principio hice habitar mi nombre, y vean lo que
hice con él por culpa de la maldad de mi pueblo Israel. 13 Y
ahora, puesto que ustedes han hecho todas estas cosas —afirma el Señor—, y puesto que una y otra vez les
he hablado y no me han querido escuchar, y puesto que los he llamado y no me
han respondido, 14 lo mismo que hice con Siló haré
con esta casa, que lleva mi nombre y en la que ustedes confían, y con el lugar
que les di a ustedes y a sus antepasados. 15 Los
echaré de mi presencia, así como eché a todos sus hermanos, a toda la
descendencia de Efraín.”
16 »Pero en cuanto a ti,
Jeremías, no intercedas por este pueblo. No me ruegues ni me supliques por
ellos. No me insistas, porque no te escucharé. 17 ¿Acaso
no ves lo que hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 18 Los
niños juntan la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres hacen la
masa para cocer tortas y ofrecérselas a la “reina del cielo”. Además, para
ofenderme derraman libaciones a otros dioses. 19 Pero
no es a mí al que ofenden —afirma el Señor—.
Más bien se ofenden a sí mismos, para su propia vergüenza.
20 »Por eso, así dice
el Señor omnipotente:
“Descargaré mi enojo y mi furor sobre este lugar: sobre los *hombres y los
animales, sobre los árboles del campo y los frutos de la tierra, ¡y arderá mi
enojo y no se apagará!”
21 »Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de
Israel: “¡Junten sus *holocaustos con sus sacrificios, y cómanse la carne!
La denuncia de Jesús no es nueva, casi
con las mismas Palabras; de hecho el mismo
Juan dice que recordaron las palabras del Salmo 69:9 “El celo por tu casa me consume;
sobre mí han recaído
los insultos de tus detractores”
La queja de Dios en el AT no sólo fue
por el asunto de la corrupción del amor al dinero, lo fue por la idolatría, el
pecado sexual, la injusticia y básicamente porque Israel perdió de vista el
llamado como pueblo. Israel perdió su ADN como nación santa.
El mensaje de Jesús a la luz de todo el
evangelio de Juan es claro; La diferencia entre los profetas y Jesús es que
Jesús no sólo denuncia que las instituciones está podridas sino que el viene a
sustituir cada una de las instituciones.
En la segunda parte de este texto, los judíos le preguntan por alguna señal y el
hace referencia que tumben el Templo y en tres día será levantado. Aunque nadie
entendió en ese momento Jesús se anuncia como el nuevo templo del Señor.
En el capítulo uno se declara que “El verbo
se hizo carne y habitó entre nosotros” ese habitar podría traducirse como se
“tabernaculizó” es decir Jesús ahora es el tabernáculo donde habita la
presencia de Dios. En el capítulo 2 ahora abiertamente se refiere a su propio
cuerpo con el Templo, “La nueva, la única y suficiente institución”
Hebreos desarrolla más esta Idea “Jesús
es superior a la ley, superior al sacerdote, superior al lugar de adoración y
su sacrificio es una vez para siempre”
El mensaje para nosotros tiene varias
resonancias:
1.
Jesús
estableció el paradigma del lugar de
adoración:
Aunque esto
suena como obvio, muchas veces dentro de nuestra teología práctica pensamos que
la iglesia es la casa de Dios… No quiero decir que no debemos amar la iglesia a
lo que quiero llegar es que no podemos alejarnos de Dios solo como el hecho de
dejar de asistir a la Iglesia.
Es frecuente que
el ser humano al pecar quiere esconderse de Dios y lo primero que deja es la
iglesia… Dios después de la muerte de Jesús dejó de habitar en el templo y con
la llegada del ES habita en nuestros corazones.
2.
La
exigencia de Jesús en ese tiempo es igual ahora: Jesús tuvo la expectativa de
llegar al templo y encontrar un lugar de adoración. La expectativa de Jesús es
doble:
-
En un sentido que nuestros templos sean lugares de
adoración y como dice Pablo “Somos templos del Espíritu Santo” No saben que ustedes son
templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? 17 Si alguno destruye el templo de Dios, él
mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes
son ese templo. 1 corintios 3:16
También
Dios desea que los lugares que designamos de adoración en comunidad, o sea la
iglesia, sean lugares dignos.
-
En
otro sentido, pracido pero diferente tiene que ver con el tipo de adoradores
que somos. Jesús al llegar al templo se enojó porque no encontró profetas, ni adorares… encontró
mercaderes tramposos.
Cuando
Jesús nos mira, quiere ver Templo designados para la oración, para la adoración
en Espíritu y Verdad. Este no es un asunto con el pastor. Es un asunto
directamente con Dios.
Si
Dios se presenta hoy a mi templo, ¿Qué haría? ¿Se sentiría complacido? ¿habría
gozo? O ¿Nos tiraría nuestras mesas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario