Iglesia Cristiana Encuentro Con Cristo - Temuco

lunes, 14 de abril de 2014

Camaron que se duerme...

Lucas 22:39-46
Julián Aristizabal

Hay un dicho popular que dice: Camarón que se duerme… se lo lleva la corriente.
Este dicho hace referencia a que no hay que ser perezoso ni dejar nuestras obligaciones, sino estar alerta y ser diligente para que todo funcione bien. Es evidente que el que no sabe mantenerse atento a sus asuntos puede ver cómo estos se echan a perder.

Parece ser que los discípulos nunca escucharon este refrán…

Lucas 22:39-46
Jesús salió de la ciudad y, como de costumbre, se dirigió al monte de los Olivos, y sus discípulos lo siguieron. 40 Cuando llegaron al lugar, les dijo: «Oren para que no caigan en *tentación.» 41 Entonces se separó de ellos a una buena distancia, se arrodilló y empezó a orar: 42 «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya.» 43 Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo. 44 Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra.
45 Cuando terminó de orar y volvió a los discípulos, los encontró dormidos, agotados por la tristeza. 46 «¿Por qué están durmiendo? —les exhortó—. Levántense y oren para que no caigan en tentación.»

Durante esta semana recordamos la última semana de Jesús. Es interesante que la semana empieza con el domingo de ramos en el que se recuerda la entrada triunfal a Jerusalén, en la que Jesús es aclamado por la multitud como rey victorioso y libertador.
 Sin embargo esta escena muestra a Jesús que ya no esta rodeado por la multitud, ni siquiera sus discípulos lo acompañan en un momento crucial y difícil de su ministerio.
 Los que un día lo aclamaron rey estarán  prontos a condenarlo y  llevarlo  a la cruz.
Este  episodio  en el Getsemaní nos revela el acto más solemne de Jesús ya que el reino de Dios iba ser establecido; los poderes de la oscuridad, el infierno mismo uniría todas las fuerzas posibles y se combinaría con la maldad humana para impedir si fuere posible,  que se hiciere la voluntad de Dios.
En este pasaje observamos tres escenas:
1.            La instrucción de Jesús (40)
Jesús instruye a sus discípulos con una sola petición imperativa que pone en contexto la tensión espiritual del momento: Oren para que no entren en tentación .
 Jesús era consciente de las tentaciones que lo rodeaban porque su hora se había acercado, era el momento que los discípulos buscaran el rostro del Señor, era el tiempo de dejar de hacer lo que estaban haciendo para orar bajo la dirección del Señor.

Esta petición establece una relación directa entre la oración y la tentación, es decir que el Señor puso en  alerta a los discípulos.

 Esta misma relación sigue vigente hasta el día de hoy, como dice el  dicho popular “El que no ora, el diablo lo devora” y “el que no ayuna el diablo se lo desayuna”.

2.            El acto de Jesús (41-42)
La parte central de este pasaje sin duda es la oración de Jesús al padre. El v 42 Jesús mismo es coherente con su petición de orar y con sus discursos apela voluntariamente al agrado  del padre: hágase  como tú quieras  y no se  haga como yo quiero
Este pasaje  nos muestra la agonía de Jesús y en su agonía nos revela cuál es la tentación de la que Jesús advierte a sus discípulos: La causa del sufrimiento de Jesús,
 el motivo de su oración es para no caer en la tentación de hacer su propia voluntad sino de rendirse ante los planes de su padre.
No había pretensión alguna de que la copa fuera dulce ya que su clamor de angustia  revela un amor ferviente por la humanidad perdida como oveja que no  tiene pastor.
Cristo no se rindió porque vino a cumplir el plan redentor para la humanidad
Porque el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre 1 juan 2:17
El mesías mismo debe establecer la voluntad de Dios en medio del rechazo y el escepticismo religioso aun sabiendo que lo iban a matar.
El éxito de Jesús no fue mantenerse con vida, sino cumplir el propósito de Dios al mantener su relación intima con el Padre.

 Esa relación le costó la muerte pero también vino sobre él la resurrección y por consiguiente vida eterna para nosotros.
Cuando pensamos en la tentación de un cristiano generalmente estigmatizamos el pecado en el sexo, el dinero o el poder, pero en realidad estas acciones sólo son el síntoma de algo más profundo y más intimo.

 Nuestra mayor lucha no es contra satanás, ni contra el dinero, ni contra las mujeres sino contra nosotros mismos, nuestra voluntad y deseo de hacer lo que queremos y no lo que Dios quiere.
Nuestra sociedad nos exige que cada día seamos más egoístas, que luchemos  por lo que queremos y por los sueños que tenemos
 Pero Jesús nos dice que oremos para buscar el consejo de Dios y sintonizar nuestra voluntad con la de Él.

3.            La reprensión de Jesús(45 - 46)
Finalmente la última escena refleja un panorama desalentador para Jesús, ya que  ninguno de sus amigos pudo orar por él.
A pesar de estar en el jardín con sus discípulos notó que realmente estaba solo.
Y Jesús termina esta porción de la misma manera con la que  inicio, solo que esta vez los reprende y les recuerda:

Oren para que no entren en tentación;  finalmente esta fue su última enseñanza, su legado.
 
      ¿Qué nos dice este pasaje hoy?

Sin duda la primera invitación que Jesús nos hace hoy es a la oración.
Es posible que podamos encontrarnos aparentemente cerca de Jesús; porque venimos a la iglesia, porque hablamos de Dios, colaboramos con la iglesia, diezmamos, vemos programas cristianos… pero podemos estar como los discípulos… DORMIDOS EN LOS LAURELES, DORMIDOS EN LA REALIDAD QUE ESTAMOS VIENDO, DORMIDOS EN LA REALIDAD DE ESTE MUNDO, DORMIDOS EN LA REALIDAD DE NUESTRA FAMILIA.
La oración nos permite estar en intimidad con Dios, conocerle y saber de sus planes y propósitos para nosotros.
 No podemos ser cristianos sin mantener una vida consagrada a la oración…
 Orar no es un pliego de peticiones que le hacemos al señor…  incluye también escucharlo a través de su palabra, adorarlo y estar dispuestos a vivir en su voluntad.
-         Jesús también nos advierte sobre la tentación.
En la oración debemos asegurarnos  de trabajar nuestro corazón para renunciar a nuestra voluntad y buscar los planes de Dios,
Debemos ceder el control, renunciar a nuestra comodidad y entregar a Dios todo lo que somos, todo lo que sabemos, todo lo que tenemos y todo lo que hacemos.  


    

No hay comentarios:

Publicar un comentario