Iglesia Cristiana Encuentro Con Cristo - Temuco

martes, 20 de mayo de 2014

Levítico 23 servicio de acción de gracias







Hoy estamos de fiesta, estamos celebrando un día tradicional para la iglesia en acción de gracias a Dios.

Nuestra cultura hace uso de muchas fiestas para celebrar momentos especiales y sobre todo para recordar acontecimientos que marcan la historia, por ejemplo las fiestas del 18 de septiembre, un cumpleaños, un aniversario.

La biblia nos dice las fiestas son precisamente un modelo pedagógico de Dios para conmemorar lo que no debe olvidarse y se debería transmitir de generación en generación.


Levítico es un libro que nos presenta dos maneras especiales que Dios instituyó para estrechar la relación de Él con su Pueblo: Los sacrificios y las fiestas. Era tarea del sacerdote ministrar los cinco sacrificios y las siete fiestas descritas. 

Lev. 23 nos narra la fiesta del tabernáculo pero todas las fiestas tenían por lo menos dos cosas en común:
1   1. La manera de celebrar 
     2. La razón para celebrar  

Las fiestas israelitas tenían varias características:

a.     El tiempo era un factor muy importante: todos sabían y programaban estas siete fiestas. Dejaban de trabajar y paraban la vida  solo para dar honor y honra al Señor.

b.     En todas las fiestas se ofrendaba lo mejor de los frutos de la tierra, de los animales y de las posesiones. No se llevaba al altar con escases, ni por compromiso. Era un acto intencional con lo mejor de cada persona o familia para ser presentado delante del Señor.

Estas fiestas no eran simple rituales, fueron instituidas para recordar a los israelitas algunos hechos poderosos de Dios.

Quisiera resaltar en esta mañana algunas de las motivaciones por las cuales se celebraban estas fiestas:

1.     Conmemoración de la liberación de la esclavitud.
Uno de los momentos cruciales para Israel fue la esclavitud que vivió a mano de Egipto, ellos clamaron a Dios en medio de la desesperación y Dios se levanta con poder en juicio en contra del Faraón.

Dios usó a Moisés para hacer parte del plan redentor de su pueblo que estaba esclavizado, Dios recuerda el  pacto con Abrahán, Isaac y Jacob

Dios mismo endurece el corazón del faraón, usa su poder y con esto estaba enseñando la mayor lección para Israel y para Egipto: Dios es todo poderoso y no hay otro Dios como  Yavhe

El Señor envió las plagas, atacando todas las fuentes de seguridad y provisión para Egipto. Y Moisés al ser liberado entona un  salmo de victoria y proclamó al Señor.

En toda la escritura vemos que el Señor quería que su pueblo no olvidara que el los sacó de la esclavitud por ello en todas las fiestas debería levantar acción de gracias y voces de júbilo porque ya no estaban en Egipto.

El sentido de la celebración  va mucho más allá de la acción de gracias. Al recordar la liberación año tras año las nuevas generaciones reconocerían el poder majestuoso y misericordioso del Señor en favor de su pueblo.

2.     Conmemoración de la provisión de Dios

Generalmente las fechas de las fiestas estaban ligadas a las cosechas. En época de cosecha se celebraba al Señor.

La indicación de Dios era que juntaran los primeros frutos y los mejores frutos para ser presentados como ofrenda.

Debemos ser conscientes que las ofrendas  de frutos, animales o dinero a Dios no son en realidad necesarias para ÉL.  Pero el las instituyó para que recordemos que todo lo que tenemos no es de nuestra propiedad sino que le pertenece al Señor y por lo tanto no tenemos el poder sobre ella.

Los israelitas conmemoraban  la provisión de Dios en medio del desierto. Una vez que salieron de Egipto pasaron 40 años en el desierto y aun así Dios les sustentó con Maná, con agua, con carne.
Israel debería recordar que su nación sigue existiendo por la provisión milagrosa del Señor.
“Dt 8:11-18   Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy;
 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,
 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;
y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;
 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;
 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;
 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.
 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.

3.      Otra razón para celebrar era la revelación de Dios para con el pueblo

La fiesta de las semanas o pentecostés (que significa 50 días después de la pascua) se festejaba en torno a la revelación de Dios en el monte Sinaí en éxodo.

Israel estaba en el desierto, habían experimentado el poder de Dios, sin embargo Dios quería revelarse de una manera más íntima con su pueblo y en monte Sinaí Él mismo escribió las tablas de la Ley.

Hoy día, pensar en la ley nos puede generar el sentimiento de esclavitud o de legalismo. Esto debido a la mala administración de la revelación de Dios. Sin embargo debemos reconocer que Dios se reveló a través de la escritura, que la ley nos pone al descubierto frente al Dios santo.

El acontecimiento del Sianí se celebra porque es la acción de Dios todo poderoso que quiere guiar y comunicarse con su pueblo.

Dios se manifestó a los egipcios con su poder y a los israelitas como su único Dios al cual servir y adorar. Dios les invita a entrar a un pacto para que Él sea su Dios y habitar con ellos.

El punto culminante de esta historia no es la liberación, ni la provisión milagrosa en el desierto, es la presencia en medio de ellos. El pacto del Sinaí es un pacto mutuo donde Dios se compromete a ser el Dios de Israel y lo toma como su pueblo.  Este Dios de pacto no abandona a su pueblo en medio de que su pueblo no cumplió.

Como Cristianos del siglo XXI, del nuevo testamento no estamos llamados a celebrar como Israel estas fiestas, sin embargo Dios decidió pedagogícamente que  por lo menos dos de estas fiestas continuaran vigentes con otro significado.

Creo que la forma no aplica para nosotros hoy pero si las motivaciones, y deberíamos revivirlas e incluirlas en nuestro calendario litúrgico.

En la fiesta de la pascua Jesús murió y en conmemoración celebramos la santa cena.  Y al celebrar la santa cena no sólo estamos recordando a Jesús, recordamos la primera pascua Judía en la que la sangre del cordero libró a todos los israelitas. De la misma manera debemos celebrar que la sangre del cordero de Dios nos ha quitado el pecado, nos ha librado de la muerte y nos ha sacado de nuestro propio Egipto.

También debemos celebrar en torno a la provisión de Dios, una provisión material y física. Estamos llamados a vivir como la primera Iglesia en Hechos quien tenían todas las cosas en común para  el bienestar el cuerpo de Cristo.

La segunda fiesta que el Señor nos permite recordar sucedió 50 días después de la pascua, en un pentecostés en el que el Señor envió su Espíritu Santo como provisión y revelación para todo creyente.

Pocas veces celebramos la fiesta del pentecostés pero debería ser una gran celebración porque es la presencia del Espíritu Santo la que nos permite recibir la revelación del padre, la que nos convence de pecado y juicio y la que nos permita ser iglesia. Sin el Espíritu Santo seríamos un club social no una iglesia.

Celebremos hoy con las motivaciones de Israel porque somos parte de su pueblo:

-         Recordemos que hemos sido liberados de la esclavitud del pecado.
-         Celebremos la provisión del Señor
-      Celebremos la revelación del Señor a través de su palabra y de su Santo Espiritu.

-         El desafío para nosotros no solo es traer una ofrenda sino SER la ofrenda.



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